Más visionario y menos soñador

visionEn un post anterior reflexionaba sobre la importancia de emprender, actuar y ser visionario (soñador+hacedor). El pesimismo generalizado que nos rodea me lleva a incidir en el tema y reclamar protagonismo y responsabilidad en nuestro pasado, presente y futuro, más allá de las actuaciones de terceros.

El derrotismo, la resignación y esperar el golpe de suerte o que alguien lo arregle todo, no conducen a nada. Hemos de asumir nuestra responsabilidad y pasar a la acción, partiendo de un ejercicio de introspección para saber hacia dónde queremos ir y actuar de forma decidida para lograr llegar allí. Debemos lograr que nuestra esencia triunfe sobre los condicionantes del entorno, dejar por el camino muchas de las cosas que hasta el momento nos han orientado y confundido, definir lo que es para cada uno de nosotros el éxito y evitar perseguir metas absurdas.

No tiene sentido recrearse en las causas que nos trajeron hasta aquí (crisis económica, marginalidad de muchas empresas, escasa productividad) y en buscar culpables, porque todos lo somos en parte. Dediquemos nuestros esfuerzos a trabajar por soluciones que nos han de llevar allí, a donde queremos ir, a ser lo que queremos ser.

No olvidemos que tanto el soñador como el visionario son propietarios de un anhelo, pero el segundo lucha por conseguirlo, por convertirlo en realidad, mientras que el primero se limita a recrearse en su ensoñación mientras el tiempo frustra muchas de sus ilusiones.

2 pensamientos en “Más visionario y menos soñador

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